Blogia
CICLOTIMIA

Siéntate y por favor, alivia esta piel quemada por la ira de los caimanes solitarios. Ayúdame, a recoger mi cuerpo encharcado en el espanto. Aunque tan sólo sea un segundo, un instante, pero yo no quiero sentirlo, yo no quiero inspirar el olor que derrama la muerte. Necesito que adoptes el hedor caduco de mis quimeras. Sí, necesito que expulses estás pesadillas temblorosas que me hacen sudar sueños infantiles, porque otra vez me ha vuelto el miedo a los fantasmas sin ojos y boca grande. Y cuando, por la noche, escucho el susurro del hambre, abrocho mis párpados. Sí, los condeno a tinieblas negras, porque tengo miedo. Miedo de encontrármelos y no quiero tropezar con ellos. No. No quiero que el “Coco” se coma mi alma. Te pido, por favor, que escuches está súplica anegada de hongos con ansias, porque necesito que raptes esta pena que agoniza, que se dilata y se derrama cada vez que siente la aurora de los gallos blancos. Y es entonces, cuando abro las pestañas que aúllo a las estrellas, que grito a Sirio para que vuelva, que necesito vivir en el jardín negro con farolillos, porque es allí donde asesino a la soledad, allí en mis sueños, aunque estén rellenos de miedo.

1 comentario

Houdini -

No sé si cerrar los ojos, si abrochar los párpados es la solución... no lo sé.. también a veces tengo miedo... también a veces los cierro...