Las ciudades con lluvia son tristes. No tienen luz, ni mañanas sin duelo. Las ciudades con lluvia esconden la voz de la gente en cajas de cerillas, donde encogen sus sueños, y el baile no agitado. Les quedan malecones viudos de jóvenes, y la invasión de moratones líquidos, de esos charcos que guardan lo que pudo haber sido. Son la entrada de cine no comprada, y el whisky no consumido, y esa sed no apagada. La ciudad con lluvia, no te deja comer manzanas prohibidas. Y te lleva al calor de un radiador, al calor artificial, al que no habla, y tan sólo te ofrece el murmullo de su aire que te escupe en la cara
6 comentarios
gianella -
oroD -
bowie -
pero sin ella no podríamos escribir, yo al menos no
va el abrazo
contemplo -
Houdini -
Miremos el lado positivo, si? Aquí andamos a golpes por dos gotas ;-)
Greta -