Estoy aquí, aquí solita....
Todos te corearon la canción de la buena suerte. Son tu oro sulfatado. Ahora tus conversaciones son unidireccionales con cantautores de poemas tristes. Silban biografías que esperan un semáforo en verde. Cada noche le robas a Neruda los versos más tristes, que se escurren entre sábanas empapadas de amores moribundos y corazones estafados. Desayunas despertadores que caminan en la soledad. En la mesa de la cocina te espera la leche de una vaca que no ríe. Tus pasos aún tartamudean en estas calles afligidas por cargar cuentas de ahorro con déficit de rostros conocidos. Espías las arterias de una ciudad que tiene cielo de panza de burra. Los paraguas aceleran la tristeza. Persigues saludos sagaces que atraviesen la ración de cortesía diaria. Y quieres que la sonrisa de la panadera se convierta en café con galletas de chocolate. Quieres que la carnicera sea la protagonista de tu nuevo libro. Y compras castañas asadas esperando encontrar en su interior una pegatina con premio: quieres leer Amistad, pero debes de seguir rascando. Y mientras discurres por tu fábula de antojos sin óvulos, acariciando tus últimas monedas de oro para comprar un Hola con sabor a caramelos de mastranzo, pero te has dado cuenta que el chico que te ha vendido ese paquete de chicles tampoco te acompañara en las calles anónimas de tu mapa para encontrar juntos la isla del Tesoro. Y te miras al espejo, y ves carámbanos en las pestañas. Lágrimas congeladas que no podrás saborear. Te conviertes en mujer líquida Los días se hacen viejos. Huelen a naftalina. Y piensas que el móvil es el flotador de los tiempos modernos, que contiene fascículos para combatir soliloquios, pero tan sólo tienes que girar la cabeza para darte cuenta de la verdad: Sola.
5 comentarios
imposivle -
y hablamos de la etimología de la palabra argamasa
Nakazanius -
arispiq -
bechitos :***
Anónimo -
omar pimienta -