Hoy empieza todo...

Y hoy, además, me he prescrito una nueva tarea: purificarme. Mañana no me permitiré más concesiones. Para mañana tengo prohibido lacerar mi cuerpo, y mancillar mi espíritu con nutrientes de esparto. No quiero corear los alaridos del pasado. No quiero quedarme sin aliento. No!!! Así que sé mañana, cuando retire el telón de encéfalos oníricos, despertaré con lágrimas. El día me ofrecerá lamentos con efluvios de inmundicia, pero tengo que batallar. Sí!, se acabaron los incisos.
Aparte de haber cometido el pecado de la gula, he recargado mi culpa haciendo un dúo con el silencio, para después esconderme en la madriguera de remordimiento: L. y Y, os grito, desde aquí mis disculpas, y esperando recibir vuestra aquiescencia, creo que empezaré a visitar el mundo de Morfeo.
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mónica -