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CICLOTIMIA

Ícaro

Ícaro Despierto del sepulcro donde cada noche contamino y estropeo los sueños con arcángeles infectados de carbón. Después leo mis sacramentos del calvario que abrasan mis ojos, que calcinan mis lágrimas una y otra vez. Intento volar, elevarme del laberinto de mucosas, de elfos turbios, pero caigo. Otra vez vuelvo a caer. Mis alas se incendian, como las de Ícaro. Nunca obtendré los triunfos del delirio. Nunca. Sí, ese es mi sino. Intentaré exorcizar desengaños de cobre refulgente, olvidar los gatos negros que conducen a la furia de las oraciones de mi diario decrépito. Sí, soy amante incondicional de entrevistas con tragedias de asfalto. Esclava del leviatán. Empalagada del ruido de mis tormentos. Huelo a derrota. sobredosis de pesadumbre. Me pregunto dónde voy, dónde debo dirigir mis pasos, dónde ??!! Ajada mi memoria. Mi vida deslucida. Monocromática. Negra.

2 comentarios

arispiq -

Parece que los dioses inspiran a una brillante escritora ;)

Si las alas se queman deja que vuelvan a crecer llenas de fuerza, radiantes de luz y color... porque el negro tan solo es un elemento mas que hace que los otros colores tengan mas fuerza...

bechitos :**

Ana -

"Nunca obtendré los triunfos del delirios"... Y si te digo que quizás no haya mayor tragedia que obtenerlos???
Creo que es más fácil sobrellevar la derrota que el éxito, y a una vida deslucida siempre podemos aplicarle un abrillantador...en el caso de una vida brillante, deslumbra tanto que no se ve nada ;-)