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CICLOTIMIA

Heidi en el campo...

Día bucólico y campestre, donde nos hemos convertirnos de manera momentánea, en pequeños bufones de nuestros vecinos de parilla, pero nuestras habilidades con el fuego, han patentado nuestra procedencia. Sí, somos chicas de ciudad, qué le vamos hacer… (Pijas, insoportables, e insuficientemente preparadas para sobrevivir en la selva, creo que con decir que ahora que se me ha roto el microondas, el echo de calentar la leche en un cazo, me ha transportado a la mismísima prehistoria. Y bueno, qué contar en el momento que mi acceso a Internet esta vetado, ya sea bien por cuestiones de organización familiar, o por el eficaz servicio de Wanadoo, entonces caigo definitivamente en una depresión total…). En fin, chicas sin fuerzas para dar la vuelta a la carne (el asador pesaba mucho), sin papel de plata para las patatas, sin pinzas, y sin madera para encender el maldito fuego. Escena lamentable, y cómica, que ha despertado la estupefacción de nuestros “compis”. Ahora eso sí, con la ayuda de ellos hemos salido victoriosas!!!Después me he evadido un poco de las conversaciones adultas, y he optado por jugar con los dos peques. (Es que últimamente enseguida me aflora un sentimiento maternal… y la verdad, creo que me lo tendría que mirar, ya que antes yo era “Anti-niños”!!. “Quizá es que una hecatombe se aproxima…”). Después vuelta para casa, con música acompasando nuestros pensamientos. ¿Y que pensaba yo…? Bueno, la verdad hacia valoración general respecto al día, y era bastante positiva, aunque también con ciertas dosis de nostalgia, porque allí fui una vez con Y., Ayer me excusé con ella por obligaciones universitarias, pero creo que es tontería mentir, y mira, no fui, porque no quiero sentirme utilizada, y sí, podríamos haber pasado una noche amena, lo reconozco, pero está el después, donde tu te quedas con C. y yo sola, he ahí la diferencia. Y M., qué contar de M… (qué por cierto, aún tengo que hacer el relato!!)M. es un pequeño ángel, y no sabe toda la ayuda que me aportan sus palabras, y el saber que esta ahí de alguna manera (No creía yo que este mundillo virtual pudiera tener tantos efectos). Muchas veces pienso que no se lo agradezco lo suficiente, pero verdaderamente es un solet de persona. Bueno, y me despido ya de aquí, que me están esperando… Gracias a mi particular 23, que nunca me defrauda, y un (pi) de gracias a M.

2 comentarios

Anónimo -

jajaja, yo tampoco se vivir sin microondas.Ays.....y que le puedo contar sobre los efectos que puede llegar a causar este mundillo virtual.
Y ya me la imagino con la plancha en la mano y la sonrisa en la cara, hecha toda una dama de su casa.
Petons petita.

gi -

Por-fa-vor, k girar la carne nunca fue tan complicado como leértelo a ti!