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CICLOTIMIA

Las moscas...

Las moscas... Me despierto con el aleteo nervioso de una mosca. Desdeño su saludo enloquecido silenciándolo entre la almohada, pero es imposible mitigar la repugnancia que me genera. Me vaticino un día negro, con madejas de cabellos, como su cuerpo, como el miserable insecto que es. Y después sé que me quitaré los parpados, y limpiaré mis ojos con los pies y pondré pegamento en mis manos para recorrer los vidrios de tu casa boca abajo, como un funambulista, como un saltimbanqui de circo barato, de arenas yermas de aplausos, y secas de los excrementos de bestias, pero yo habré cumplido mi propósito: engancharme a ti, pegarme a ti, dulcemente, aunque tan sólo te ocasione molestias…. Así que voy a la tienda “PASIÓN”, con paso decidido, para pedir unas alas. “Fin de existencias”, me dispara el vendedor. Hoy, tampoco te podré recorrer… “Sí, es un día negro”

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